Anoche, antes de irme a dormir, estuve leyendo esto y lo
copié para ponerlo hoy en el blog y compartirlo con vosotros. Es un fragmento
que habla sobre los cuatro hijos de Odín y Frigga, en el libro Dioses y héroe
de la mitología vikinga, de Brian Branston.
“El hijo mayor de Frig y Odín era el jaranero dios Thor. Un
tunante divino de rojos cabellos y barbas, que siempre tendía a actuar primero
y pensar después, inclinación que a menudo le metía en problemas.
Thor era el dios más amado por la gente de Midgard, que
gozaba con su estrepitoso discurrir por los cielos a bordo de su carro tirado
por dos cabras de tamaño fenomenal, llamadas Rechinadientes y Afiladientes. En
momentos así el retumbar del trueno salía detonando desde las ruedas de su
carro bélico, y explotaba el rayo al enarbolar violentamente Thor su ardiente
martillo.
Era una divinidad que gustaba a los hombres, porque les
otorgaba buenas cosechas. Cuando su
cortina de rayos llameaba a través de campos de abundosas espigas de trigo,
esperando granar y colorearse, decían los humanos que él maduraba entonces
aquella finca. Si su zigzag de relámpagos deslumbraba el horizonte por el este,
sabían que estaba cazando gnomos y batallando con los gigantes. Así que los
hombres le llamaban “Thor el Azotante”, y también “Defensor de Asgard y
Midgard”, amén de su “Adversario”, “Mata-gigantes y Mata-gnomos” y, en
especial, “Enemigo de la Serpiente de Midgard”.
Además de su celebérrimo martillo, Mjolnir el “Destructor”,
Thor era dueño de un cinturón que reforzaba su potencia. Este era quizá su
tesoro más preciado, porque cuando se lo ceñía duplicaba el ya tremendo vigor
propio. Y su tercera preciosa posesión era un par de guanteletes de hierro. Sin
ellos no hubiese podido agarrar su feroz martillo, o recogerlo cuando el
instrumento volaba de vuelta hacia su dueño como un bumerang.
Los dominios de Thor en Asgard eran llamados Trudvángar, o
sea, los Campos de la Fuerza, y allí se encontraba su castillo, Bilskirnir,
esto es, Rayo. Aquel edificio constaba de quinientas cuarenta habitaciones, y
era la mansión más extensa conocida por el hombre. En él residía Thor
acompañado de su hermosísima esposa, Sif, cuyo largo cabello estaba compuesto
de oro puro. Era la diosa de los trigales, y su largo y resplandeciente pelo
–que tiene una historia propia y peculiar- le caía en cascada sobre los hombros
como trigo dorado.
Por supuesto, resulta innecesario decir que la mesa de
comedor, en Bilskirnir, estaba aplastada por la carne y la bebida, pues, antes
que nada, Thor era un comilón de nota, de quien se sabía fue capaz de acabarse
un buey entero y de beberse tres barriles de hidromiel, todo en una sentada.
Incluso sus enemigos los gigantes eran incapaces de superarle en eso.
El segundo hijo de Odín y Frig era Balder, persona
verdaderamente de buenas cualidades y carácter. Sobresalía Balder incluso por
encima de los Ases era el más rubio de los dioses, tan blondo y de tex tan
pálida que de él se proyectaba un rayo de luz. Todo el mundo quería a Balder y
a él le gustaban todas las cosas, grandes y pequeñas, hermosas o feas. Vivía en
Breidablik, el Palacio Gran Resplandor, en compañía de su mujer Nanna.
El hermano de Balder, Hoder, era ciego. Más tarde, según
veremos, su ceguera fue utilizada para llevar la tristeza a todo Asgard, pero
por aquel entonces vivía feliz y dichoso. Aunque era incapaz de contemplar la
belleza de Asgard, sí había multitud de cosas que le era dado apreciar: los
cálidos rayos solares, los ciento y un sonidos procedentes de pájaros y demás
animales, el habla y la música de los otros dioses. Ciertamente en aquella
época nadie que viviese en Asgard se sentía infeliz.
El cuarto hijo de Odín era Tyr, un dios muy bravo. No cabe
duda de que Tyr era el más osado y valeroso de todos los Ases, y existen
numerosos relatos acerca de él. Los aguerridos combatientes de toda la tierra
grababan sus iniciales rúnicas en la empuñadura de sus espadas e invocaban su
nombre al entrar en combate.”
3 comentarios:
Me encanta! :) Simplemente quería comentar una cosilla respecto de lo que mencionabas al final del artículo sobre la grabación de runas. Aunque hoy en día naturalmente no nos vamos paseando con espadas y escudos... yo creo que si que nos servimos de otro tipo de "armas" para sobrevivir en nuestro día a día.
Esto no lo he leído en ningún lado, pero por ejemplo yo suelo grabar unas runitas en los lápices de toda la vida o al firmar algún documento idem. Son pequeños detalles que aplico en mis quehaceres diarios de forma natural y que de cierta manera me ayudan mucho :)
Saludooos!
Es una idea genial.
Muy buena entrada, hace 10 minutos que descubrí este blog por uno de los otros que tienes, la religión nórdica Asatruar es de las que mas me fascinan. Hay mucha historia en ella y cada vez se descubre mas sobre ella. Gracias por este blog y espero leer mas entradas.
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